Existen historiadores que afirman que en la Capoeira, se encuentran movimientos que reflejan a algunos animales de la jungla. Como el jaguar, por su manera cautelosa y a la vez explosiva de atacar; la araña, por su manera de entrelazar su presa, por todos lados; el macaco, con sus saltos y cabriolas y la zorra, por sus astutas técnicas de engañar al enemigo. En todo caso, el esclavo que escapaba a la jungla, estaba encadenado y tenía que defenderse de los «Capitães do mato» (cazadores de esclavos) como pudiera. Aplicaba golpes con la cabeza, los codos, las rodillas, girando, saltando o rodando por el suelo.
La capoeira como disciplina marcial destaca sobre todo por la suavidad y amplitud de sus movimientos, que en su mayoría describen trayectorias circulares, golpes repentinos, atrapes con los pies, el uso de amagues y fintas, las distancias largas y medias, los golpes con mano abierta, la esquiva corporal conjunta, y el uso de armas tradicionales.
La Capoeira como arte no se centra en herir al oponente. Más bien, enfatiza la destreza. Los capoeiristas a menudo prefieren mostrar el movimiento sin completarlo, imponiendo su superioridad en la roda. Si el oponente no puede esquivar un movimiento lento, no hay razón para usar uno más rápido. Cada ataque que entra, da a los participantes la oportunidad de practicar una técnica de evasión.
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